Desinfecciones y esterilizaciones en espacios cerrados: guía y consejos

Ahora que los comercios están abriendo puertas y poco a poco se vuelve a la normalidad, nos encontramos con el problema de desinfectar o esterilizar nuestros comercios con esto o lo otro.
Ya sea de forma rápida o con alguna nueva técnica.
Os explicamos cómo haerlo y con qué hacerlo.
 

Desinfección del SARS Cov-2 con ozono, ultravioleta o filtros de partículas

Con la apertura de algunos comercios han surgido las dudas sobre cómo se debe esterilizar un espacio cerrado para garantizar la seguridad de los clientes.
A partir de la Fase 1 ya se pueden abrir la mayoría de los comercios y algunos locales de uso público y ha surgido la necesidad de tranquilizar a los usuarios para que acudan tranquilos a estos establecimientos y se reactive la economía.
La preocupación esencial viene dada por la posibilidad de contagiarnos con el coronavirus al entrar en contacto con una superficie contaminada, por lo que se han acelerado los procedimientos para poder conseguir la máxima asepsia en locales cerrados.

Ozono y ultravioleta

De manera bastante generalizada se está recurriendo a la esterilización de algunas tiendas con la aplicación de ozono y para las prendas y utensilios la aplicación de luz ultravioleta.
En el caso del ozono, una sustancia que en condiciones ambientales normales es un gas, se aplica mediante un rociado en forma de aerosol, que logra rellenar todos los espacios de cualquier estancia y ejerce una acción oxidante muy potente, lo que ataca a la cadena de ácidos nucleicos del SARS CoV-2.

Cañón de ozono industrial

La luz ultavioleta ocupa la porción del espectro electromagnético situada entre los rayos X y la luz visible (es invisible para el ojo humano). Su longitud de onda está comprendida entre los 200 y los 300 nanómetros (una milmillonésima parte de un metro), se clasifica como germicida, es decir, puede desactivar microorganismos como bacterias, virus y protozoos, dañando el ácido nucleico e impidiendo su reproducción (clonación).

Desinfección con luz ultravioleta

Los filtros de partículas

Se trata de forzar la transferencia del aire contenido en una estancia (desde una sala, hasta el interior de un avión) a través de un filtro que retiene partículas de un determinado tamaño: polvo, gases, pólenes, ácaros, hongos, bacterias…
En especial la transmisión del SARS-CoV-2 por aerosoles (masas de aire en suspensión) se produce por partículas de tamaño entre nanómetros hasta micrómetros, ya que el virus (de unos 100 nm de tamaño) no viaja solo, sino que lo hace formando parte de partículas de diversos tamaños (que también contienen sales y proteínas presentes en las mucosas del sistema respiratorio humano). En estudios médicos se distingue entre “gotas” (mayor de 5 µm) y “aerosoles” o “micro-gotas” (menor de 5 µm), aunque la realidad es que la distribución de tamaño generada al respirar, toser o estornudar es un rango de tamaños continuo.
Desinfección del SARS Cov-2 con ozono, ultravioleta o filtros de partículas

Filtro de partículas

Estos datos corresponden a un estudio publicado por el CSID sobre el coronavirus.
Los mejores purificadores de aire del mercado, del estilo de los célebres Dyson, tienen una capacidad máxima de filtrado, en las mejores condiciones (de laboratorio) de 0,1 micras (100 nm).
El problema reside en que si el virus está depositado en una superficie, y no en suspensión, cualquiera que entre en contacto con esa superficie se contagiará… aunque el aire que respire esté muy limpio

Y lo que dice el experto…

A continuación reproducimos los comentarios de la química, Déborah García Bello, autora del libro “No tocar”, e investigadora y miembro de la plataforma de divulgación científica Naukas, en una entrevista en el programa de La Sexta «Más vale tarde» del 11/05/2020

Déborah García Bello

Ozono: o es un peligro o es una estafa

García Bello ha sido contundente: “el ozono lo utilizamos en el laboratorio, es una sustancia muy oxidante, con una acción similar a la que aporta el hipoclorito de sodio (lejía), que también es altamente oxidante. Desde el punto de vista químico sí que puede destruir el coronavirus pero ¿en qué dosis? Cuando lo empleamos en un laboratorio lo utilizamos para esterilizarlo de virus o bacterias, pero siempre lo aplica una persona profesional y el laboratorio se desaloja por completo. Posteriormente el operario tiene que entrar con un equipamiento EPI completo (equipo de protección individual), con un medidor, para verificar que el espacio esté libre de ozono, porque es muy tóxico y, una vez se haya medido que el ambiente es seguro, podemos entrar. Aplicar esto en un comercio, por ejemplo, sin la participación de un profesional que lo controle es un peligro.”
También se ha pronunciado sobre los ozonizadores domésticos: “los que de verdad servirían para esterilizar cualquier espacio son los ozonizadores profesionales, los que se venden desde el punto de vista doméstico en realidad son filtros de partículas y, aunque emitan un poco de ozono, no es una cantidad que sea significativa como para acabar con un virus; de hecho no se han incorporado al listado de las recomendaciones desde el Ministerio de Sanidad.

Radiación ultravioleta: peligrosa

Déborah García expone que “la radiación ultravioleta de espectro C, la que realmente inactiva el coronavirus y la que podemos considerar la más energética de todas, es potencialmente cancerígena, porque es radiación mutagénica (altera el ADN) y es muy peligrosa. A nivel doméstico no la podemos utilizar, solo se emplea en los laboratorios para la esterilización de equipamientos. Esa radiación nos puede quemar la retina, provocar quemaduras en la piel, incluso llegar a provocar un cáncer. Los aparatos de radiación ultravioleta que venden para uso doméstico, por ejemplo los equipos que se utilizan para las uñas, es radiación tipo A, que no tiene suficiente energía como para acabar con el coronavirus”.

Aviones con aire purificado: lo importante es la distancia

La divulgadora científica continua: “el sistema de filtrado de aire que afirman las líneas aéreas que utilizan sus aviones no es eficaz, sólo se vuela seguro manteniendo la distancia de seguridad, porque nos protege más que cualquier mascarilla o sistema de filtrado de aire.

Si vamos pegados, en contacto, con una persona portadora del SARS CoV-2 o, incluso, nosotros mismos estamos ya contagiados, lo más probable es que lo transmitamos entre individuos: así es como se han producido la mayoría de los contagios. La recomendación del Ministerio de Sanidad está clara y pasa por liberar el espacio del 50% de los asientos para evitar el contacto”.

 
desde SPORTLIFE

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