Lecciones de humildad: Paquito Anegas

No tengo mucho más que decir.
Las lecciones de humildad que hemos de aprender en nuestra edad adulta desde la corta vida del entrenador más joven del mundo: Paquito Anegas.

 

 

Paquito Anegas, la valía del entrenador más joven del mundo

Un problema físico truncó su carrera como futbolista, pero nunca quiso rendirse y con tan solo ocho años triunfa como segundo técnico en el club extremeño CD San Serván.

Arroyo de San Serván es un pequeño municipio de Badajoz, de tan solo 4.167 habitantes. Pero entre ellos destaca un joven entrenador de ocho años, conocido y querido por todos sus habitantes. Francisco Anegas, al que todos conocen como Paquito, guarda una historia de superación y pasión por el fútbol.

“Paquito” jugó en la escuela de iniciación del CD San Serván desde los cuatro años, allí coincidió con Luismi Patiño, actual entrenador del club extremeño, quien conocía la pasión innata de Paquito por el fútbol.

El niño ya desde pequeño le daba patadas al balón, disfrutaba jugando al fútbol, era prácticamente su mundo a todas horas, un mundo que se vio trastocado por los problemas del extraño crecimiento de los huesos de su cadera, que frenaron su evolución como futbolista. “A Paquito lo tenemos desde los cuatro años en mi escuela de fútbol. Empezó a jugar, pero ya tenía el problema de cadera desde nacimiento prácticamente y conforme pasaron los años los chicos de su generación iban subiendo pero él como no podía prácticamente ni correr, ni desplazarse, intentamos probar en categorías inferiores o partidos puntuales”, nos cuenta Luismi.

Tras pasar por varias operaciones, el médico le comentó que el fútbol era peligroso y podía agravar sus problemas físicos. Era el momento de dejarlo y poner fin así a su prometedora carrera.

Patiño nos comenta que durante una temporada “jugó en la misma categoría y participó como portero”, pero el médico le dijo que tenía que dejar el fútbol porque “era peligroso para el proceso de operaciones que estaba teniendo”.

Nuevas oportunidades

Paquito sufrió un duro varapalo. Veía como su sueño de jugar al fútbol a todas horas se desvanecía. Pero allí estaba Luismi Patiño para devolverle la sonrisa a un niño de tan solo ocho años. El primer entrenador del San Serván tuvo la gran idea de abrirle las puertas del vestuario del equipo y ofrecerle ser el segundo entrenador y ayudante del club que milita en la primera división extremeña.

Paquito, junto a Luismi Patiño.

 

“Era un forofo, a él le encantaba el fútbol y la noticia de que tenía que dejarlo le superó por completo. Como sabía que su pasión era este deporte le propuse que entrenara conmigo al primer equipo. Empezó su labor como segundo entrenador en agosto de 2017 y a partir de ahí empezó a ir a los entrenamientos donde se le explicó su funcionamiento, sus partes, que se hace en cada momento, ejercicios, etcétera”, comenta Patiño.

Paquito nos cuenta que se considera un entrenador “divertido, gracioso y un poco serio”. Luismi dice que el vestuario de San Serván lo respeta mucho y que es un entrenador muy exigente, que se vuelca con el equipo. “Paquito es muy exigente, se mete en el papel y se lo toma bastante en serio. En el vestuario le tienen mucho aprecio y lo quieren un montón. Como ven que Paquito se toma en serio entrenar, a él se lo toman en serio. Realmente está haciendo una buena labor. Es implicado, serio y disfruta entrenando y dando instrucciones”, explica Patiño.

Para el vestuario del CD San Serván, la presencia del pequeño ha supuesto un estímulo y aprendizaje para todo el equipo. “Nos ha servido para darle importancia a cosas que no la tienen, porque el sueño de un niño, algo tan simple como jugar al fútbol, correr, desplazarse o darle patadas a un balón, él no lo puede hacer. Muchas veces nos preocupamos de cosas que no tiene importancia y lo ves a él, que siempre tiene una sonrisa, siempre está positivo, alegre. Es una lección de vida para todos los que estamos al lado suya”, nos cuenta el técnico

Patiño: Es una lección de vida para los que estamos a su lado Clic para tuitear

Paquito Anegas no solo es fiel seguidor del San Serván, el otro equipo de sus amores es el Real Madrid, por el cual siente mucha predilección y admira a su entrenador y jugador emblema. “Mi ídolo es Cristiano Ronaldo y uno de mis modelos a seguir como entrenador es Zidane”, comenta el joven entrenador.

Luismi Patiño nos cuenta que no se sienta en el banquillo “porque es muy pequeño para hacerle ficha”, pero tiene reservado un lugar en la grada, al lado del banquillo, para “estar atento a todos los detalles del partido”. Los planes de futuro del club es seguir ayudándole con su formación y que eche una mano en todos los sitios. “También es ayudante en el equipo de su categoría y asiste a todos los partidos. Nuestra idea es que siga con su formación como entrenador”, comenta el primer entrenador del equipo pacense.

Una historia que no hubiera sido posible sin la labor de inclusión social llevada a cabo por el conjunto extremeño, que confió en Paquito y al cual el joven entrenador lanza un mensaje: “Todos juntos lo conseguiremos, por el Sanser, mi equipo”.

DESDE OLIMPO DEPORTIVO – Kelia Vidarte
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