Las 10 lesiones deportivas clásicas del corredor, runner, trailrun o al que le guste trotar

El cómo prevenirlas y curarlas, pues en cada práctica deportiva hay unas lesiones deportivas similares a nuestra mecánica de ejecución de la misma, siendo estas 10 las más usuales entre los corredores.
Nadie se cuestiona las varias ventajas de correr, aun cuando varios piensan que hablamos de un deporte bastante lesivo. No es de esta forma, lo cual pasa es que algunas veces vamos bastante veloz en todos los sentidos y aquello implica una secuencia de lesiones deportivas típicas.
¿Seguro que no estás corriendo hacia una lesión?
Bueno, pues es hora de describirte el cómo prevenir y curar aquellas lesiones deportivas.

1 Tendinitis del tendón de aquiles: ojito

Degeneración e inflamación del tendón de Aquiles, que es la composición por donde se incorporan los músculos extensores del tobillo (gemelos y sóleos) al talón del pie en el área del hueso calcáneo, y es el responsable de que podamos hacer los impulsos necesarios con los tobillos para lograr correr.

En medio de las razones primordiales está una falta de habituación del tendón a la carga de trabajo, una mala pisada con pronaciones desmesuradas, implementación de zapatillas bastante ligeras y con poco drop… Lo analizamos a fondo para que puedas recuperarte e introducimos el ejercicio y estiramiento recomendado para tratarla.

2 La otra tendinitis: Tendinitis Rotuliana o la de la rodilla

Es una degeneración e inflamación del tendón del cuádriceps, que es la composición por donde se incorporan los músculos extensores de la rodilla (vasto externo, extenso interno, vaso intermedio y recto anterior) a el área preeminente de la pierna en la parte preeminente del fémur, pasando por el hueso de la rótula que se incrementa el brazo de palanca de esta articulación tan fundamental.

Una falta de habituación a la carga más que nada en lote cuesta debajo, un crecimiento de kilómetros, mala pisada con desviaciones de rodilla o desequilibrios y acortamientos del cuádriceps tienen la posibilidad de ser varias de las razones que argumentan esta lesión.

3 La temida Pubalgia

El concepto pubalgia hace referencia al dolor del pubis, que está alojado en la cintura pélvica, que es la composición del cuerpo donde se encuentra la columna vertebral y es por donde se integran los miembros inferiores al tronco, y aun cuando es bastante dura, tiene cierto nivel de desplazamiento, siendo en la parte anterior donde está la sínfisis púbica, que es donde se origina el problema de la pubalgia al haber un cizallamiento de los ligamentos que la estabilizan gracias a un problema muscular, debido a que casi todos los músculos que están afectando a la cadera y la rodilla se insertan en el sector pélvica.

Una vez que tengas esta lesión no salgas a correr, empero sí que puedes caminar y aprovechar para realizarlo bastante más de lo usual con vistas a indemnizar aeróbicamente la carencia de carrera.
El exceso de series cortas con paradas y arrancadas o una dismetría en miembros inferiores o exceso de curvatura de la columna lumbar, son varias de las razones que tienen la posibilidad de provocar bursitis.

4 La Periostitis tibial o cuando se inflama el fémur

Es una irritación e inflamación del periostio del fémur, que es la membrana que recubre el hueso de la pierna, en la cual se insertan los músculos tibiales.

Para aliviar las molestias de la periostitis puedes ejercer un poco de hielo en el sector al concluir de correr y numerosas veces a la semana hacer sanitarios de contraste a lo extenso de 10 min.
El tradicional ejercicio de hacer rodar una pelota de tenis bajo la tibia es una buena solución para lograr alivio y recobrar el tejido del periostio.
Sin embargo ten cuidado, una de las razones más comunes podría ser correr sobre áreas duras o por un incremento inadecuado del volumen de los kilómetros, de esta forma que escucha las señales de tu cuerpo humano y para.

5 La fascia de lata: la tendinitis que te incapacita totalmente para correr

Es una irritación de un tendón bastante extenso que tiene su origen en un músculo abductor diminuto que está en el sector externa de la cadera y que se llama tensor de la fascia lata. Este músculo tracciona de un tendón bastante extenso nombrado fascia lata o cintilla Iliotibial que recorre toda la parte externa del muslo, para insertarse en la parte preeminente de la pierna, y a su paso por el área lateral de la rodilla roza en el cóndilo externo del fémur y crea un dolor incapacitante para correr.

Un remedio casero interesante es probar constantemente que estés parado a dejar caer las manos en todo el cuerpo humano y hacer presiones enérgicas y mantenidas con las yemas de los dedos por todo el lateral de la pierna con vistas a bajar la fascia lata.

6 Condrolomacia

Es una degeneración y reblandecimiento del cartílago que recubre la cara interna de la rótula, que es el hueso que se se desliza por los cóndilos del fémur para darle más brazo de palanca y efectividad a la acción del cuádriceps en la expansión de la articulación de la rodilla.

En esta situación posiblemente te receten una suplemetación específica y antiinflamatoria, así como ejercicios de indemnización de la musculatura de rodilla para robustecer el extenso interno. Asegúrate de que en medio de las razones primordiales de la condromalacia figura una técnica de carrera con desviaciones, desequilibrios musculares, así como déficit de ciertas vitaminas y minerales que nutren los cartílagos, de esta forma que el cuidado de la técnica de carrera, un análisis biomecánico y una revisión de tu ingesta de alimentos van a ser imprescindibles.

7 Bienvenidos a los desgarros musculares: el mal del sobreentrenamiento

Es un más grande o menor rasgado (sin rotura total) de las fibras musculares que componen el músculo y va en compañía de un hematoma al romperse los vasos sanguíneos que lo recubren. Las más comunes las acostumbran padecer los corredores en gemelos e isquiotibiales.
Para prevenir y robustecer el sector afectada, es aconsejable, una vez previos los días críticos, integrar en nuestras propias rutinas los ejercicios para robustecer isquios y gemelos, que son los más dañados por los desgarros al correr.

Teniendo presente que acostumbran producirse por sobreentrenamiento, estrés y malos hábitos de vida que restan recuperación a unas fibras musculares ya fatigadas o por falta de calentamiento o abuso de estiramientos, replantéate de manera directa tu forma de entrenar y más que nada, de reposar, que seguro que lo pasas bastante por elevado.

8 El desgaste de la rodilla: la artrosis de rodilla

Es una degeneración del cartílago que recubre las regiones de alianza de los huesos del muslo (fémur) y las extremidades (tibia), permitiendo que dichos rocen y se desgasten produciéndose molestias considerables que impiden correr.

El sobrepeso, los varios kilómetros y el poco tiempo libre y el exceso de varo (rodillas en paréntesis) o valgo (rodillas en X) son las primordiales razones, o sea, no es cuestión de tener 80 años, la artrosis de rodilla puede llegar bastante más temprano si le pones empeño a aquello de machacar la articulación sin atender a las señales de dolor y cansancio que te lanza tu cuerpo humano.

9 Mala pisada da lugar a ella: Tendinitis de la pata de ganso

Se denomina pata de ganso a el área alta e interior de la tibia al nivel de la rodilla, donde se insertan unidos los músculos sartorio, recto interno o grácil (aductor) y semitendinoso (isquiotibial), y es en dicha región de inserción donde los 3 tendones de los músculos se van degenerando, en más grande o menor medida.

Mala pisada por alteraciones estructurales, crecimiento de kilómetros cuesta debajo o acortamiento de los aductores son las primordiales razones de esta lesión. Aquí proponemos hacer un ligero masaje en el sector afectada con alguna crema antiinflamatoria seguido del estiramiento del área de los aductores. Si duermes en posición fetal, pon un cojín en medio de las extremidades para eludir presión sobre el área afectada y dolor.

10 El pie y su gran lesión: la fascitis plantar

Es una inflamación de la fascia sembrar, un tejido conjuntivo fibroso drásticamente resistente que envuelve los músculos de la bóveda del pie, a partir del talón en el hueso calcáneo hasta las articulaciones metatarso-falángicas hacia los dedos.
Aquí otra vez, como con cada lesión, tendrás que hacer «examen de conciencia», el exceso de kilometraje por asfalto, unas zapatillas con un déficit de amortiguación o una pronación desmesurada acostumbran ser los «superiores amigos» de la fascitis.

Una vez que vayas a correr trata de hacerte el siguiente vendaje servible, que aun cuando no suple el que te realice el fisioterapeuta, sí que puede ayudarte en un primer instante. Para eso necesitarás numerosas tiras de esparadrapo, la primera deberás colocarla rodeando el pie en la parte delantera justo donde más anchura tiene, la segunda tira debes pegarla en la anterior en uno de los extremos de la planta y llevarla hacia el talón en diagonal, rodéalo y lidera otra vez la cinta en diagonal al origen, empero en el extremo opuesto conformando una “X”. Utilízalo solamente para correr para de esta forma bajar la tirantez del área de la fascia y una vez culmines, quítala rápido y haz un suave masaje por toda la planta del pie, rodeando el pie con ambas manos y oprimiendo con los 4 dedos contrarios al pulgar.
 
Y ahora que conoces un poquito más a dichos 10 «enemigos» del running, deberías colocar todo de tu parte para no encontrarte con ellos por el camino, ¡muchas veces es más cuestión de sentido común! Escucha a tu cuerpo humano y recuerda que los excesos en kilómetros se acaban pagando.

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